domingo, 11 de diciembre de 2016

Un Domingo para el gozo y la alegría

Celebramos hoy el Domingo del gozo, de la alegría, porque el nacimiento del Señor está cerca, muy cerca.

Nuestro Dios se hace Niño, uno de nosotros: se hace bálsamo para curar nuestras heridas; luz para nuestros ojos ciegos que no consiguen descubrirlo en lo que sucede o en los otros; agilidad y movimiento para nuestros miembros entumecidos y cansados de vagar sin rumbo fijo; resurrección en nuestras muertes cotidianas... Éste es el anuncio de Isaías (35,1-6a. 10) que se realiza en Jesús, como Él mismo afirma ante los discípulos que han sido enviados por el Bautista para preguntarLe si es Él el que ha de venir o tienen que esperar a otro (Mt 11,2-11).

No, no tenemos que esperar otro salvador porque el Salvador ha venido al mundo y sale cada día a nuestro encuentro para sanar nuestras enfermedades y librarnos de nuestras esclavitudes, de todo eso que nos limita y nos ata. 

Pero sí tenemos que esperarLe a Él cada día que amanece, cada minuto de nuestra jornada. Tenemos que esperarLe permaneciendo en un silencio humilde en nuestra ceguera, en nuestra inmovilidad, en nuestra muerte, en nuestros límites, en nuestros desalientos y frustraciones; tenemos que esperarLe  con el corazón ensanchado por la esperanza porque Él viene con su salvación. Si Le esperamos así, procurando sonreír aunque nos rodee la oscuridad, Le descubriremos, mientras Le esperamos, dentro de nosotros alentando esa espera y haciéndola dichosa porque Le sabemos junto a nosotros, en nosotros.

Por eso la invitación de la Iglesia al gozo en este Domingo llamado gaudete es una invitación universal, para todos, estemos en la situación que estemos. Sí, alégrate y salta de gozo porque tu salvación está cerca; alégrate porque Dios está contigo y en ti sanándote, iluminándote, rescatándote... amándote. Que la Virgen, Madre de la Esperanza y de la Espera, nos obtenga de su Hijo la gracia de vaciarnos para dejar que esta Palabra de salvación que es Él mismo haga eco en nuestro interior y sostenga nuestra espera.