sábado, 22 de octubre de 2016

Dejándonos cuidar

Hoy san Pablo nos recuerda en su carta a los Efesios (4,7-16) que a cada uno se nos ha dado la gracia  necesaria para que podamos cooperar en la edificación del Cuerpo de Cristo. Así, respondiendo a esa gracia, vamos creciendo hacia el Señor, Cabeza de ese Cuerpo del que formamos parte, al mismo tiempo que hacemos crecer a los demás y todas las cosas por una comunión misteriosa pero real que nos une en el Señor a todo lo que existe. Este crecimiento, fruto del cuidado de Dios para con todas sus criaturas, responde a su plan salvífico y, por lo tanto, a nuestra felicidad y plenitud.


Jesús nos dice lo mismo en el Evangelio de hoy empleando la parábola de la higuera (Lc 13,1-9). Él no deja de cuidarnos y de interceder por nosotros ante el Padre para que respondamos a Sus desvelos y acojamos Su gracia, esa que nos permitirá dar el fruto que Dios espera de nosotros.