jueves, 8 de septiembre de 2016

Gracias, Madre!!!

Hoy es un día grande: celebramos el nacimiento de la Madre de Dios que, por pura misericordia divina, es también Madre nuestra.

Un día para celebrar agradeciendo: agradeciendo a la Virgen su docilidad a la gracia, que siempre acogió y que fue preparándola, primero, para que diera su "Sí"; después, sosteniéndola para que ese "Sí" se mantuviera... a pesar de todos los pesares...

María es espejo en el que nos podemos mirar: como Ella hemos sido creados por amor y, como a Ella, se nos ha confiado una misión concreta, específica: la de encarnar al Verbo en nuestra vida y darlo a los demás. Como Ella, ni más, ni menos.

¿Cómo se hará esto?, podemos preguntar al Espíritu Santo que nos habita. Déjate conducir e iluminar por Él en la seguridad de que te enseñará cómo acoger la Palabra que te va haciendo semejante al Señor a medida que avanza tu vida de intimidad con Él y te mostrará el modo de darlo a los demás sin hacer nada raro, en medio de tu cotidianidad, tal como hizo María, la Virgen Madre de Dios.

Felicítala con toda tu alma y confíale eso que no te atreves a soñar... Porque la Madre todo lo obtiene de su Hijo.