sábado, 10 de septiembre de 2016

Decir... y vivir

Hoy Jesús nos invita a ser consecuentes con lo que afirmamos creer (Lc 6,43-49). Porque no se trata sólo de decir: aquello de decimos ha de ser verificado y corroborado con nuestras obras.

Sí, de poco -¡¡¡o de nada!!!- sirve llamar a Jesús "Señor" y vivir como si no fuera el primero en nuestra vida, Quien realmente la conduce. 

Por eso te invito a considerar qué significa para ti que Jesús es Señor y a ver si es eso en tu vida. Porque, si verdaderamente fuera nuestro Señor, trataríamos de cimentar en Él nuestra existencia procurando hacer lo que nos dice y reconociendo nuestra pobreza cuando no lo conseguimos sin dejar de pedir Su gracia para lograrlo.

Ojalá que tú y yo, hoy y siempre, meditemos Su Palabra y la guardemos en nuestro corazón acogiéndola para que sea Ella la que modele nuestra vida según la voluntad de Dios. Esa Palabra, que es luz en medio de nuestras tinieblas, nos dirá de parte de Jesús lo que tenemos que hacer para que Él sea nuestro Señor.